Un día impresionante

            Por algunos años me entrené y competí en triatlones de distancias diferentes.  Después de trabajar como voluntaria en la carrera de Ironman en Wisconsin, decidí competir en esta misma carrera al año siguiente.  La carrera consistía en nadar 2.4 millas, montar 112 millas en bicicleta y correr 26.1 millas sin descansar.  Es notable por una carrera de distancia larga y por sus condiciones duras.

Era impresionante y gratificante ver a las personas que terminaban la carrera tan difícil.  Había un tiempo límite para terminarla: 17 horas.  Empieza a las 7 por la mañana y hay que terminar a la medianoche en punto.  La  meta de muchas personas que la hacen por primera vez es simplemente terminarla.    

Me apunté para el Ironman en el año 2010 y por eso me uní a un grupo de atletas en Chicago que se llama Well-Fit y que querían hacer la misma carrera.  Era un programa de entrenamiento por 7 meses.  Casi cada fin de semana estaba ocupada con paseos difíciles en bicicleta y carreras largas en Wisconsin.  Había mucha preparación: mental, del cuerpo, de nutrición y de motivación.   

Llegó el día de la competición.  Estaba muy nerviosa, aunque sabía que estaba preparada.  Tenía un grupo de apoyo que era fenomenal.  No puedo explicar cómo me sentía o la sensación de comenzar la carrera.  Había 2.400 personas flotando, moviendo las piernas en el agua, y todas tenían que empezar juntas, en el mismo segundo.  Tenía miedo, pero no podía echarme para atrás ni quería hacerlo.  Cada Ironman siempre empieza con la canción: “Día hermoso,” de U2.   Escuché esta canción antes de empezar y en el próximo segundo ya me puse a nadar. 

Había una batalla en el lago, pero sobreviví.  Terminé las 2.4 millas en 1:09 y después tuve que montar en bicicleta.  Madison tiene un trayecto muy difícil de bicicleta; es el segundo más difícil de las 26 carreras de Ironman.  Tenía mucho tiempo para reflexionar en la razón por la que quería hacer algo tan loco.  Casi todo el trayecto estaba en el campo y era precioso.  Vi a mi familia y amigos muchas veces en esta ruta y necesitaba verlos para sentir su apoyo.   Experimenté muchos sentidos buenos y malos durante las 112 millas en la bicicleta, pero también sobreviví y terminé en 7 horas. 

Después de montar en bicicleta, nada más quería correr.  Solo quedaban 26.1 millas hasta el final y estaba muy emocionada.  Corrí cada milla y caminé por las estaciones de descanso para beber o comer un poquito.  Cuando podía ver el edificio de la capital, sabía que quedaba poco. Cuando faltaba solo media milla, empecé a reflexionar sobre todo lo que había hecho durante ese día.  Era increíble.  Mi familia estaba esperándome al final, en la línea de meta, y cuando crucé la línea, oímos, “Jennifer Peterson, eres una Ironman”.    La terminé en 13 horas y 25 minutos.  ¡Fue un día inolvidable, impresionante y gratificante!